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El Festival Cruïlla y Damm abren la convocatoria de la 2ª edición del Sustainable Festival Challenge

El Festival Cruïlla y Damm abren la convocatoria de la 2ª edición del Sustainable Festival Challenge

El Festival Cruïlla, Damm, Barcelona Music Lab, Fundación Ship2B y la Agencia de Residuos de Cataluña impulsan esta iniciativa para encontrar startups que aporten soluciones para mejorar la gestión de residuos en grandes eventos

Desde impulsar el transporte público o trabajar con proveedores locales y productos de proximidad, hasta convertirse en un festival 0 residuos o reducir stocks de merchandising, entre otras medidas, el Cruïlla trabaja para conseguir un modelo de festival más sostenible. Este año, junto con Damm y en colaboración con Barcelona Music Lab, la Fundación Ship2B y la Agencia de Residuos de Cataluña, llega la segunda convocatoria del Sustainable Festival Challenge: un proyecto de innovación en busca de startups que trabajen los problemas medioambientales y que ayuden al festival a lograr nuevos objetivos en materia de sostenibilidad.

En esta edición pondrá especial atención a las propuestas centradas en la gestión de residuos, desde su reducción o valorización, hasta un enfoque de circularidad y la transición hacia un sistema más sostenible y regenerativo, un tema de especial relevancia para Damm, que apuesta por la economía circular en toda su cadena de valor.

La convocatoria está abierta hasta el domingo 3 de septiembre a la medianoche. Un Comité de Selección elegirá las 10 entidades finalistas, que participarán en la Barcelona Startup Week durante la semana del 2 de octubre, y que expondrán sus pruebas piloto en el Festival Cruïlla 2024. Se pueden consultar todas las bases aquí.

Con el Sustainable Festival Challenge, se aúnan esfuerzos con la voluntad de encontrar las propuestas más revolucionarias y lograr convertir el festival en un modelo altamente sostenible con la participación de aquellas empresas que pueden dar respuesta a los retos a los que se enfrentan los grandes acontecimientos y, así, minimizar el impacto de los festivales sobre el entorno.